Asumiendo riesgos innecesarios

Agosto ha tocado a su fin. Un mes lleno de buenos entrenos, marcados sobretodo por el intenso calor. Si tuviera que quedarme con algo, destacaría dos cosas. Las buenas sensaciones en el mar y los entrenos con la flaca en la N-II a ritmos de vértigo. Un total de 59 horas, 24000 metros de natación (casi todos en el mar), 827 de bici y 201 de run. Sin duda un gran mes que empezaba lleno de muchas incógnitas a nivel de entrenos.

Tras el descanso merecido del lunes, el martes hubo doble sesión. Por la mañana Rafa, Luís y yo, nos volvíamos a enfrentar a dos vueltas al circuito largo de la Challenge (Masnou-Calella). Ritmo alto y constante ya desde el inicio para completar los 145 Km en 4h 19'. Un entreno para seguir sacando conclusiones de ritmos a llevar el día 3-O. Luís, espectacular como siempre. Rafa, a un altísimo nivel, no sufrió como la última vez (sin duda tiene madera de campeón) y yo, un punto por debajo de ellos pero, con mi motor diesel consciente de los ritmos que tendré que llevar en carrera para llegar lo más entero posible a mi disciplina favorita.

Por la tarde-noche se improvisó una clase-entreno de natación en la piscina exterior de 50 metros en Mataró. Rafa y Oli fueron nuevamente los amfitriones de una velada inolvidable. Paco, que se apuntó a última hora, disfrutó como un enano. Una clase particular de natación con muy buenos amigos que no tiene precio. Desde aquí dar las gracias a Rafa y Oli (excelente nadador y muchísimo mejor persona) por "perder" un entreno suyo para enseñarnos un poquito más a nosotros. No quiero ni pensar que pasaría si pudiese entrenar con ellos en la piscina. También animar a Oli a dar el salto al triatlón, si puedo ayudarte en algo con mi corta experiencia, no dudes en pedírmelo.

Así que finalizaba el martes con 5h 20' de entreno y rampas en los cuádriceps que son un indicativo de la fatiga muscular acumulada en las piernas.

El miércoles tocaba "descanso", es un decir, porque me liaron para asistir a un torneo de voley playa en Barcelona junto a mi amigo Dani (atleta amateur de alto nivel con marcas en 5mil, 10mil y 1/2 maratón de escándalo, a años luz de mi nivel atlético). Nos enfrentábamos a cuatro partidos sin haber jugado nunca a voley. Nulos técnicamente y desconocedores de las reglas intentamos jugar la baza de nuestra condición física, que fue insuficiente. Aún así, lo dimos todo y pudimos haber ganado dos partidos. Si lo pienso fríamente, fue una locura asistir teniendo el objetivo de la temporada tan cerca. A día de hoy, estoy muscularmente deshecho, con un pequeño esguince intercostal y con dolor cervical. Creo que no tienen porque dispararse las alarmas y en un par o tres de días estaré a tope otra vez pero, asumí un riesgo innecesario. De todas formas me lo pasé en grande y me estoy planteando introducir este deporte en los entrenos de triatlón para la próxima temporada.